Tetuán, llamada la «paloma blanca» por el primitivo color blanco de sus murallas, es una ciudad con mucha historia a sus espaldas y con el honor de que su medina fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997. Una medina, como casi todos los barrios antiguos de Marruecos, llena de caos, estrechas calles, estampas curiosas, conversaciones que se entrecruzan, pequeños artesanos y una ajetreada vida fuera de lo común. Pero además de ser irregular, geograficamente hablando, posee un extraordinario patrimonio histórico, cultural y artístico.
En contra de lo que esperaba, la ciudad del norte de Marruecos cercana a Tánger y a Ceuta es una ciudad realmente auténtica y sin demasiados turistas ( de hecho vi muy pocos durante mi visita), cosa que se agradece en un viaje Marruecos porque no te agobian tanto, permite mezclarte con los lugareños y pasar más desapercibido. Dejarse llevar y perderse sin rumbo por sus callejuelas es una obligación y algo que le da más encanto a la visita. Eso sí, siempre habrá un amable local, algún buscavidas que habla español y que te ayudará a encontrar la salida a cambio de una pequeña propina. Marruecos es única y cada día me tiene más enganchado…..
La Medina de Tetuán
Sin ser la medina de Fez, Marrakech u otras grandes ciudades marroquíes, la de Tetuán no le desmerece en absoluto ya que el sinfín de callejuelas, plazas, mezquitas, casas y callejones se conservan inalterados de influencias exteriores y forman un singular Patrimonio cultural intacto desde hace cientos de años donde el azul y el blanco se mezclan en fachadas con puertas ricamente ornamentadas. Si que hay diferencia con otras medinas por el desnivel o pendientes de sus calles, ya que la medina se encaroma por un cerro hasta llegar a la Kasbah ( la Alcazaba), la fortificación militar que dominaba la antigua ciudad de Tetuán.
La ciudad, fortificada para repeler las sublevaciones de las tribus del Rif, fue reconstruida por los refugiados musulmanes andalusíes que fueron expulsados de Andalucía por el decreto del Rey Felipe III allá por 1609. De ahí que la arquitectura de la medina de Tetuán y muchas de las bonitas casas de los aristócratas árabes descendientes de los expulsados de Al-andalus tengan tanta influencia andaluza. De hecho, en las puertas de las casas pueden verse aún los símbolos que significan de la ciudad andaluza que provenía el dueño de la casa. Dentro de la medina lo mejor que se puede hacer es pasear, mezclarse con la gente local, subir y bajar callejones y perderse sin rumbo por ella.
El hecho de que Tetuán fuera parte del protectorado español ( 1912- 1956) también favoreció a mejorar la conservación de todo el interior de la ciudad vieja de Tetuán y de sus casi 5 km de murallas originales quedan aún en pie dos terceras partes. La Medina llegó a saturarse de tal manera que durante el protectorado, el gobierno español decidió crear El Ensanche, con un desarrollo urbano totalmente diferente a la Medina con idea de descongestionar el saturado centro de la ciudad. Su calles son laberínticas, tortuosas y caóticas, dando lugar a confusión y a que los foráneos nos perdamos con facilidad. Menos mal que hay algún truco para orientarnos y también pequeñas placas repartidas por el casco antiguo que nos dan información turística sobre las casas, mezquitas o sobre las zauías, las escuelas islámicas.
Los barrios de la Medina
La Medina está compuesta por varios barrios ( incluido uno judio), cada uno con su mezquita, sus hamanes, sus fuentes, sus zocos o sus artesanos. Hay que vagar por ellos, mezclarse con los locales, escuchar como venden sus productos y respirar el ambiente callejero para vivir la experiencia como es debido. Por supuesto también hay que perderse, más de una vez a ser posible, y preguntar hasta que alguien te guíe ya que los mapas de nuestros modernos teléfonos inteligentes se dan por vencidos….. Me encantaron las zonas donde venden comida, frutas, verduras o hierbas aromáticas en grandes cantidades como la hierbabuena o el cilantro. Olores y colores que enamoran.
Repartidos por las calles hay continuos puestos donde venden dulces de todo tipo, pan, zumos de frutas y todo lo imaginable: especias, pescados, carnes, frutos secos, aceitunas, dátiles…. El colorido y los olores están asegurados. Curiosa también la zona donde venden todo tipo de artilugios, cachivaches de segunda mano ( o tercera , o cuarta..), ropa usada, objetos de anticuario y según me dijo un paisano en tono de broma » cosas que se roban en España y que se venden muy baratas aquí»….. Muy curiosa también es la zona de los artesanos, con tiendas especializadas en madera, orfebres, forjadores, ceramistas o hasta fabricantes de lápidas. Ver a estos artesanos trabajando in situ es un viaje al pasado y una estampa que al menos yo, no estoy acostumbrado a ver en España y que me apasiona. Y si quieres más silencio, tan sólo hay que desviarse un poco de las calles principales para encontrar callejones tranquilos donde solo se ve algún que otro residente.
En todo lo alto de la medina está la Kasbah de los Adives, la fortificación militar desde la que se tienen unas vistas espectaculares de todo Tetuán y de la Medina. Desde esta atalaya también se puede ver el impresionante y gigantesco cementerio musulmán de la ciudad.
Los curtidores
No hay gran medina en Marruecos sin curtidores y esta de Tetuán no podía ser menos. Al norte de la medina y junto a una de sus puertas más famosas, se encuentra el barrio de los curtidores, esos sitios donde se trabajan las pieles, se tintan y se dejan secar dejando un olor difícil de soportar. Pero aquí, en contra de otras grandes ciudades, no hay nadie que te agobie, ni que te intente hacer una «visita guiada» para enseñarte como curten las pieles, cosa que se agradece y que dice a las claras como el turismo de masas no ha llegado hasta aquí. Es una zona pequeña pero merece la pena darse una vuelta por ella y conocer un poco más este arte ancestral.
Las 7 puertas
La amurallada Medina de Tetuán tenía 7 puertas por donde se controlaba el acceso a la ciudad y sus guardianes, que habitaban en ellas, eran los encargados de abrirlas y cerrarlas a las horas convenidas. Su ubicación respondía simplemente a que eran donde se iniciaban o terminaban los caminos a las poblaciones cercanas más importantes. Al oeste está la puerta de Bab Nouaded más conocida la Puerta de Fez por ser la salida natural hacia la ciudad imperial. Al lado del inmenso cementerio musulmán está la puerta más antigua de la ciudad, la de Bab Mkabar ( o puerta de Ceuta) y junto a ella está el barrio de los curtidores.
Al sur está la Puerta de Remuz o puerta de la luneta llamada así por el nombre de su calle. Al este la puerta de Oqla o puerta de la reina por las guardias que hacían en ella los soldados de la Reina Isabel II durante la ocupación, y un poco más al norte la Puerta de Saida o de San Fernando. Por último está la Puerta de Jiaf, que se abría solo para dar paso a los entierros de la comunidad judía de la ciudad y la Puerta de Tut, conocida como la Puerta de Tánger. Todas ellas, distintas entre sí, son señas de identidad de la antigua ciudad, siguen en pie y en buen estado de conservación después de algún que otro retoque.
Consejo para no perderte del todo en la Medina
Perderse en una medina marroquí es lo más normal del mundo pero con este consejo que me dió un paisano espero al menos que no sea por mucho tiempo. Mira el suelo que pisas y te irá dando pistas: si ves tres hileras gruesas en el empedrado es que la calle te llevará a alguna de sus 7 puertas. Si ves dos líneas juntas en el pavimento es que el camino te lleva a una calle estrecha y si solo hay una línea es que irás a un callejón sin salida. Por tanto, mirad bien el suelo que pisais en la medina de Tetuán….
El ensanche y la Plaza Hassan II
Debido al aumento de la población española, el gobierno español decidió acometer obras de ampliación del casco urbano y a esta nueva zona la llamó «El Ensanche«, un barrio colonial junto a la medina que guarda aún ese aire añejo de las colonias: edificios con historia, carteles en español, cafeterías, tiendas, pensiones y hoteles con nombre españoles recuerdan al visitante que España estuvo muy presente aquí no hace tanto tiempo. Su plaza principal llamada Moulay El Mehdi ( antes Primo de Rivera) y la iglesia Nuestra Señora de la Victoria son sus principales atractivos. Pero el verdadero referente de la ciudad y pulmón de la antigua ciudad es la Plaza Hassan II, la gran esplanada donde se ubica el Palacio Real, el lujoso edificio de estilo hispano-morisco custodiado por la policía y el ejército. Esta plaza es un hervidero de gente que va y viene y de puestos que venden todo tipo de productos. Si os gustan los museos, muy cerca tenéis el Museo Arqueológico y algo más al sur el Centro de Arte Moderno.
Para dormir
La verdad es que prefiero recomendaros buenos sitios para dormir pero uno no siempre acaba en los mejores lugares. En Tetuán dormí en el Hotel Marina, caro a mi parecer, cutre, desvencijado y con un garaje infame. El personal fue correcto sin más y lo mejor fue que su cama era cómoda ( sorprendente porque me la esperaba horrorosa) , su desayuno y la cercanía a la Medina. La verdad es que la oferta en Tetuán no es muy amplia, al menos en páginas como Booking y me quedé con las ganas de probar un riad tradicional, como el Riad Blanco, un alojamiento del que he oido muy buenas críticas. De todos modos aquí os dejo algunos hoteles en Tetuán para que comparéis vosotros mismos. pero no es mala idea ir sin nada reservado, ver antes el alojamiento y así elegir con más criterio.
En fin amigos, se me hace dificil describir un lugar tan auténtico, con tanto ajetreo y tanta vida así que lo mejor que podeís hacer es viajar a Marruecos y vivirlo en primera persona. No os arrepentiréis porque perderse por la Medina de Tetuán es una experiencia que no se olvida con facilidad.
Tetuán me encantó, pensaba que iba a encontrar más turisteo pero para nada. La Medina me pareció preciosa y el resto de la ciudad me cautivó. Desafortunadamente estuve poco tiempo así que tengo que volver para disfrutar del callejeo y subir a las alturas para ver las magnífica vistas. Mira que me gusta Marruecos. Un saludito 🙂
Es verdad que tiene mucho encanto Caliope, y además no está muy llena de turistas, cosa que se agradece!! Yo tengo que volver tb, jeje. Un abrazo
Qué curioso lo del suelo para no perderse por la Medina!! Pero si es como la de Marrakech seguro que aún así me perdería! jajaja no había forma de que nos orientáramos sin tener que dar alguna propina a alguien!
Si vas ya no te pierdes Mari Carmen!!! Al final nosotros tb tuvimos que echar mano de un local. Es lo que hay en Marruecos!!! un abrazo
La verdad que hace tiempo que tengo ganas de ir a esta ciudad y a Fez, me han hablado maravillas sobre ella y tus fotos son muy chulas, lo de las rayas en el suelo es muy buen truco para no perderse porque menudos paseos nos dimos por Marrakech, jejejeje. No es por nada, pero el hotel donde te quedastes tiene bastante mala pinta, menos mal que la cama era cómoda, jejejeje. Un abrazo!!! 😉
hola babyboom, yo tb tengo entre ceja y ceja Fez. Tengo que ir pronto!!! No sé que me pasa que utimamente acabo durmiendo en sitios bastantes cutres, jeje. Un abrazo
Hola Fran! Acabo de conocer tu blog y me encanta.
Leerte me ha hecho recorrer de nuevo Tetúan. Qué gozada! Os propongo otro sitio que visitar em Tetuán si teneis opción, su Escuela de Artes y Oficios. Es espectacular.
Un saludo.
Hola Chío, me encanta escuchar eso!! Apuntado queda esa visita. Mil gracias por la visita y eres bienvenida cada vez que quieras!!! Un saludo