Vientiane es una ciudad tranquila, sosegada, pareciera que el tiempo en esta capital se hubiera detenido y que el ritmo de sus habitantes se hubiera ralentizado, quizás por el asfixiante calor que hace aquí o quizás por la enorme religiosidad que profesa este pueblo laosiano y que le hace tomarse la vida desde otro punto de vista. «La ciudad del sándalo«, la más moderna de Laos, está estratégicamente situada en un meandro del Mekong y aunque no es una ciudad excesivamente grande, creo que en dos días da para conocer sus templos y pulsar el ritmo de la ciudad, por lo que os aconsejo alojaros en alguna de las pensiones u hoteles que hay cerca del rio, que es donde hay más ambiente, tiendas, restaurantes, agencias de viajes y el animado mercado nocturno que montan diariamente en el paseo marítimo junto al Mekong.
Saliendo de Luang Prabang. Con todo el dolor de mi corazón nos tuvimos que marchar de Luang Prabang, la ciudad mágica en la que hemos pasado unos días inolvidables y nos ponemos rumbo al sur porque queremos pasar unos días en Vientiane, su tranquila y sosegada capital. Hemos barajado ir antes a Vang Vieng, otra de las ciudades más visitadas de Laos y con más posibilidades de turismo activo en sus alrededores pero notamos que demasiados mochileros con ganas de fiesta van hacia allí para hacer el «tubing», una práctica que consiste en subirse a un flotador y bajar un rio repleto de bares en la orilla para beber cerveza y whisky hasta que el cuerpo aguante. Demasiado para nosotros asi que preferimos ir más al sur, a Vientiane, la capital. Está ubicada aproximadamente en el centro del país y hemos decidido llegar hasta ella en un autobús nocturno que sale diariamente desde Luang Prabang ya que viajando de noche ahorraramos tiempo y en este viaje no andamos precisamente sobrados de días. Unos 190.000 kips laosianos ( 18 euros) es lo que nos cuesta nuestro VIP sleeping Bus que incluye transporte hasta la estación de autobuses, cena picnic y por supuesto nuestro magnífico sillón horizontal.
Imaginaba que el viaje sería algo incómodo pero no pensaba que tanto ya que los frenazos, contínuas curvas, un aire acondicionado para pingüinos y una horrorosa música de karaoke a todo volumen hacen que las 10 horas que ha durado el trayecto hayan sido casi una tortura, un duermevela continuo que nos ha destrozado por completo. A las 7 de la mañana llegamos a la estación de autobuses de Vientiane, alejada del centro como suele ser habitual para que los turistas tengamos que gastar dinero en un tuk tuk hasta el centro de la ciudad. Toca negociar y nos unimos a un par de mochileras para que el precio del trayecto sea menor ( siempre hay que intentar abaratar costes cuando viajamos) y aún así al llegar nos quieren cobrar más de lo acordado. «De eso nada amigo, ahi te quedas», y nos vamos a buscar alojamiento por la ciudad. En esta parte del mundo hay veces que hay que ser brusco y decidido para que no te tomen el pelo continuamente. Después de ver varios intentos mochila al hombro nos decidimos por Mixai Paradise, una pensión muy bien situada con habitaciones pequeñas con aire acondicionado, wifi gratis a ciertas horas y desayuno americano ( dos huevos, tostadas y bacon). Unos 12 euros la habitación doble. Y no nos arrepentimos ya que el trato fue bueno aunque lo mejor sin duda es su céntrica ubicación.
[box_info] Los habitantes de Vientián son unos maestros en el «arte de la calma» y acaban por contagiar al visitante. [/box_info]
Datos prácticos
– 230.000 habitantes en la ciudad, 700.000 en todo el área metropolitana.
– En 1899 se convirtió en capital del protectorado francés.
– La frontera con Tailandia la marca el Puente de la amistad entre laos y Tailandia, a 19 kilómetros al sudeste de la ciudad.
– Vientián es el centro de la economía de Laos y la inversión extranjera está en crecimiento.
– Las instalaciones médicas son precarias por lo que ante algún suceso grave es mejor cruzar la frontera de Tailandia.
Que ver en Vientiane en dos días
A pesar de que estamos cansados de la dura noche nos vamos a recorrer la ciudad sin perder tiempo y empezamos a ver pequeños templos entremezclados con las tranquilas calles, edificios de diferentes estilos e influencias y como no, muchas motos y tuk tuks por todas partes, algo normal en las grandes ciudades asiáticas. Pero sin embargo aquí no noto el agobio de otras urbes asiáticas, se respira tranquilidad y la ciudad refleja una imagen de eternidad que la hace entrañable. Me gusta. Decidimos andar en dirección norte, haciendo un circuito sugerido por mi guía escrita hacia donde están algunos de los monumentos más importantes de la ciudad. De camino paramos en un gran mercado, uno de mis vicios cuando viajo. Los mercados me parecen lugares imprescindibles para conocer como vive un pueblo y entender un poco más su cultura. Este de Talat Sao es el mayor mercado de Vientián y está abarrotado de puestos de artesanía, telas, joyas, relojes, ropa o objetos electrónicos. Y al salir el calor es tan asfixiante que tomamos un refresco de naranja en un puesto callejero, y encima lo pido con hielo, algo arriesgado por mi parte ya que hay que estar muy seguro de la procedencia del agua con que han hecho el hielo y más de un problema estomacal te puede causar. Esta vez tuve suerte y el refresco con hielo me sentó de maravilla y me dio fuerzas para seguir caminando hacia uno de los monumentos más importantes de la ciudad.
Patuxai. Caminado hacia el norte nos encontramos con Patuxai, el monumento más destacado que recuerda al arco de triunfo parisino y que es orgullo de los ciudadanos de esta ciudad. A él vienen cientos de turistas nacionales y de países cercanos para hacerse una foto y si no tienes cámara, una decena de fotógrafos te la hacen y te la imprimen en un momento. Construido en 1960, consta de 4 arcos y está hecho con cemento americano que inicialmente fue destinado a la construcción del nuevo aeropuerto. Está deliciosamente adornado con motivos laosianos y es posible subir para admirar las vistas aunque nosotros decidimos verlo a ras de suelo y seguir camino hacia el templo más importante de Laos. Por el camino vemos el «Gong de la paz mundial», un objeto con todas las banderas del planeta que espero que toquen a menudo para que la espiritualidad y paz de Laos se traspase a algunos países del mundo que son demasiado agresivos…
Pha That Luang significa» la estupa sagrada más preciosa del mundo» y es el templo o monumento más importante y venerado de la ciudad, y por supuesto de Laos, símbolo de la religión budista que consiste en una enorme estupa cuya aguja principal sobresale dominando el cielo de la ciudad. Cuenta la leyenda que aquí enterraron en el siglo III a.c un trozo del esternón de Buda y siglos más tarde se construyó en este mismo lugar el actual templo. Pasear por él, ver los distintos niveles, admirar sus rincones llenos de budas y ofrendas o su esbelta aguja es un ejercicio espiritual que os recomendamos. Además en los alrededores hay una incontable cantidad de estatuas de budas que merecen admirarse con calma, como el gran buda reclinado que me recordó al famoso Wat Po de Bangkok, y multitud de formas, esculturas y rincones decorados con figuras religiosas y ofrendas de las que ignoro su significado pero que me transmitieron una enorme paz interior.
Un poco de gastronomía laosiana. Después de tanta visita y caminata, paramos a comer porque el estómago se queja demasiado y nos sentamos en un pequeño restaurante de comida local cercano al río llamado Blue Diamond. Olvidaros aquí de comer en un McDonal´s, Burguer king, Pizza hut o grandes multinacionales porque en todo Laos no vi ninguno, cosa que me encanta, por cierto. Probamos una extra picante ensalada de papaya, fresca y riquisima pero con la que sudamos de lo lindo. Un buen de arroz con verduras y una riquísima sopa de pollo, todo a muy buen precio y con un mejor trato. Lo mejor de Laos es que la comida es muy barata, casi igual que su cerveza, la inmensa Beer Lao. Por la ciudad hay cantidad de restaurantes de comida local de precio muy asequible, algunos finos restaurantes de cocina francesa, además de puestos callejeros donde comer te puede salir por menos de un euro aunque las condiciones higiénicas son un interrogante. Vosotros mismos, pero por menos de 5 euros podréis comer muy bien en cualquier local con ciertas garantías, cerveza Lao incluida. Una de las noches comimos pizza, que me supo a gloria, en el Restaurante via via. Después de descansar un rato de tanta visita, tocaba pulsar el ambiente nocturno disfrutando del animado mercado nocturno junto al mekong: artesanía, puestos de comida, camisetas, bolsos, joyas….. un poco de todo y a buen precio, como en todo Laos. Por cierto cenamos ese día pollo a la brasa, ya que por todas las calles hay puestos con muslos y alitas de pollo con una pinta excelente y no tuvimos más remedio que probarlo, aunque los pollos laosianos tienen más fibra que los nuestros y su carne cueste un poco masticarla….
De budas y templos
Vientiane, a pesar de que es una ciudad que está creciendo y ser la urbe mas moderna de Laos, también es espiritual y guarda bellos rincones y multitud de templos resguardados entre el entramado de calles, algunos de ellos de libre entrada y que también hacen la vez de museos. Como el Wat Mixai que tenemos delante de nuestro hostal y donde cada amanecer los monjes salen en un recorrido por la ciudad en busca de ofrendas y alimentos. O el antiguo y casi olvidado That Dam, una estupa ubicada en una rotonda en medio de la ciudad y que en otra época estaba recubierta de láminas de oro. Hoy solo vemos piedra desgastada. El Wat Si Saket, del siglo XIX es de los más visitados de la ciudad y también hace las veces de Museo Nacional. El Wat Si Muang es otro de los principales edificios religiosos de la ciudad donde dicen que descansa el espíritu de la ciudad o el Haw Pha Kaeo, templo construido originariamente para guardar el famoso buda esmeralda que ahora descansa en Bangkok y ahora tiene las funciones de museo y es un excelente ejemplo para admirar la arquitectura y la escultura Laosiana. Y por último el pequeño Wat Hai Sok, repleto de coloridos frescos donde es frecuente ver a los monjes en sus oraciones o gente de a pie haciendo ofrendas. Hay algunos más, pero es casi imposible visitarlos todos en tan poco tiempo. Todos ellos son ideales para entender un poco más esta ciudad y su espiritualidad, conocer la finura de la arquitectura y escultura laosiana y transportarte a otra dimensión.
Bowling. El bowling es una práctica muy común en las grandes ciudades de Laos y uno de los entretenimientos preferidos de los locales y de los turistas, deseosos de divertirse ante la poca variedad de opciones de ocio en este país tan religioso. Pero realmente, más que jugar a los bolos, irse de bowling significa ir a socializarse y tomar mucha cerveza Beerlao, a tenor de lo que pudimos comprobar en nuestra primera noche en la ciudad. Una serie de coincidencias al pasar por el restaurante donde habíamos almorzado nos hizo acabar en una discoteca local donde no había ni un turista ( no me acuerdo del nombre pero también os recomendamos conocer una disco laosiana) y rematar la noche jugando al bowling. La experiencia, tan inesperada como divertida, fue inolvidable. Las boleras están en barrios algo alejados del centro y son los locales que cierran más tarde en la ciudad. Probad la experiencia y mezclaros con locales, ya vereis como les apasiona a este pueblo jugar a los bolos y beber beerlao.
Nuestro segundo día en Vientiane fue un pequeño desastre, condicionados por los abusos de la noche anterior y por un percance estomacal ( llámese diarrea que culpo a la ensalada de papaya) que hizo que tuviéramos que reposar en la habitación durante toda la mañana. En estos casos es importante llevar un buen botiquín de viaje y tomar medidas: algún medicamento para frenar las pérdidas y mucho suero oral para que no deshidratarse. Por supuesto comer lo justo y a ser posible arroz blanco. Y esperando que el cuerpo volviera a la normalidad se nos fue la mañana y casi la tarde, que la teníamos programada para la visita al Xieng Khuan o Parque de Buda, un enorme parque en las afueras de la ciudad ( 24 kilómetros) lleno de esculturas budistas e hinduistas que es una de las atracciones de Vientiane.
Esa tarde la dedicamos a ver templos y pasear tranquilamente. Y en eso estábamos cuando vimos el cielo gris y a la gente nerviosa y corriendo y es que se acercaba una tormenta tropical que apenas nos dejó tiempo de resguardarnos. Después de 10 intensos minutos de un cielo descargando agua como nunca había visto, se despejó y pudimos seguir paseando por el paseo marítimo del rio Mekong, como hace todo el mundo aquí. Todo vuelve a la normalidad y se empiezan a montar los puestos del mercado nocturno, se organiza un mega competición de aerobic, los jóvenes pasean y atardece con un cielo para enmarcar. Ceno pizza en un restaurante italiano ( sí, se que no tengo perdón porque me encanta la comida asiática pero de vez en cuando gusta comer algo occidental) y nos vamos a la cama que a la mañana siguiente tenemos un vuelo hacia Pakse, al sur de Laos, que nos ha costado una fortuna con tal de evitar otra noche viajando en autobús por las cochambrosas carreteras laosianas….
Alrededores
En los alrededores de Laos hay mucho que visitar y aunque nosotros pasasemos de largo os dejo algunas cosas interesantes que se pueden hacer si se dispone de más tiempo: el centro de ecoturismo de Ban Pako, el espacio protegido de Phu Khao Khuay, repleto de rios, cataratas, montañas y rutas de trekking o la aldea tradicional de Ban Na para ver el modo de vida de una población laosiana rural.
Datos prácticos
– Autobús nocturno Luang Prabang- Vientiane: 18 euros.
– Alojamientos en Vientiane. Por menos de 10 euros hay hostales limpios y con aire acondicionado.
– Parque de Buda: autobús 14 desde la terminal Talat Sao o negociar tuk tuk. Abierto a diario de 8 a 16:30. Precio: menos de un euro.
– Vuelo Vientiane-Pakse con Lao Airlines: 100 euros!!!
Jajajaja, esos buses me suenan de Vietnam, la verdad es que todavia no entiendo porque les.llaman nocturnos si.ponen luces de discoteca y la musica a todo volumen!!! Tiene muy buena punta la ciudad, mejor opcion que lo de los flotadores alcoholicos!!! Un abrazo!!! 🙂
Uff, babyboom, mira que iba mentalizado pero varios frenazos bruscos, ese frio polar y la música casi me vuelve loco!! Desde entonces siempre llevo en mis desplazamientos tapones para los oidos y una manta de viaje!!! Mola mucho vientine, es muy auténtica y mistica!! Un abrazo
Qué ganas tengo de conocer Laos. He oído tantas cosas buenas… No sé si es cierto: dicen que es como Vietnam pero aún sin corromper a nivel turístico, con gentes amables por todas partes…
Desde luego, a nivel cultural tengo que decir que los templos parecen increíbles. Pha That Luang concretamente parece de mentira y todo…
Me encantan los miniconsejos que pones y lo de los bolos… bueno, no lo sabía. Es muy curioso porque siempre lo asocié a costumbre de EEUU 🙂
Saludos!!
Casi todo es bueno en Laos Eva, al menos de momento. Es muy tranquilo y están menos picardeados que en paises vecinos aunque van aprendiendo a sacar dinero al turista. Pero son muy buena gente, encantadores!! Los bolos me impactaron, debía ponerlo!! un saludo amiga
No sabes las ganas que tengo de ir a Laos… Hace poco estuve en Thailandia y me pareció maravilloso. Pero dicen que Laos es mucho menos turístico y seguro que se nota!
Muy seguramente sea mi próximo viaje 😀 Así que mil gracias por este artículo (y los consejos mini que hay en medio, me encantan!)
Artchitectours pues teneis que ir pronto, antes de que vaya demasiada gente por alli. Tailandia está genial pero Laos es otra cosa, mucho más tranquilo, más paz y tranquilidad, gente más auténtica aún!! Si vas a Laos aquí me tienes para lo que haga falta!! Un saludo y gracias por pasarte por aquí!!
¡Madre mía, qué aventura! Autobús, estómago, tormenta tropical… Pero parece un viaje de lo más recomendable, ¿verdad? 😉 ¡Un abrazo, crack!
Laos es aventura en estado puro Marta, y lo que se me ha quedado en el tintero, se me harían eterno los posts. ES una maravilla de país, te lo aseguro. Sudeste auténtico!!! Un abrazo
¡Qué buenos recuerdos tenemos de Laos! Vientiane, es cierto, resulta algo chocante después de pasar varios días en Luang Prabang pero al final, también engancha. Quizá sea uno de los países asiáticos en los que más fácilmente, como bien dices, te dejas llevar por el tempo lento de su vida cotidiana… ¿Seguro que el Mal de Moctezume fue la ensalada de papaya y nos hielos? Je,je,je,je.. Gajes del viajero, muchas veces inevitables aún cuando tengas cuidado.
Verdad que Laos es grande Viajes de Primera? Es que después de pasar por luang prabang cualquier ciudad empequeñece, el listón está muy alto. Cualquiera sabe pero sufrí mucho más con la ensalada de papaya….. jeje. son cosas con las que tenemos que lidiar…. Un abrazo
Qué curioso lo de los bolos! jejejeje
Y lo de comer comida occidental en un viaje largo siempre se agradece… Por mucho que te guste la comida asiática, muchos días seguidos comiendo lo «mismo» cansa y hace falta comer otro tipo de cosas.
Un abrazo
De esta entrada tengo que resaltar el lugar obviamente, que cada vez me invita más a visitar Laos, pero me encantan los buses, estoy deseando probar la experiencia, ya que hasta la fecha los buses nocturnos que he pillado en Asia, era de ir sentado y gracias. Luego también me quedo con el tema de los bolos, madre mía que ambientazo, a mi también me encanta jugar y creo que lo probaré seguro 😀
Saludos!
El lugar es magnífico Jose CArlos. y luego hay cientos de detalles, anécdotas y situaciones que hacen que la ciudad haya quedado grabada en mi memoria para siempre! En laos llega la noche y todo el mundo habla de bowling, había que ir a probarlos…. Un saludo
Fran, lo tuyo es arte, nos atraes aquí con ese titular de calma y tranquilidad y nos amenizas con karaoke, Bowling y tormentas tropicales. Parece que es llegar tu y te ofrecen todo lo que tienen, jejeje.
En serio, apenas pisamos Laos y es cierto que su espíritu te seduce por completo, ya sabes que tomamos buena nota de tus recomendaciones, y mira por donde va a ser una ventaja que una de las pocas cosas que no nos gustan sea la papaya ¿no? un fuerte abrazo ;-)))
jajaja, para todo hay que tener arte en esta vida guisantes. Evidentemente es que a mi me va el rollo y las emociones fuertes, jaja ( y no he contado ni la mitad de lo que me pasó) Pero Vientiane es tranquilo, os lo aseguro y sus templos merecen mucho la pena. Tenéis que ir a Laos. La ensalada de papaya, ejem, pasopalabra……… Un abrazo!