Del huerto y la granja directo a la mesa. O lo que es lo mismo, producto con mayúsculas y mucho mimo en la cocina ¿Cómo os suena eso ? Suena tan bien que hoy os traigo un nuevo local para comer la Costa del Sol y que acaba de abrir sus puertas hace muy poquito, concretamente el pasado 17 de julio. Es nada más y nada menos que Roostiq, el conocido restaurante madrileño famoso por sus torreznos con Champange o pizzas que acaba de aterrizar en Marbella y lo hace por todo lo alto, con un local a la altura en plena milla de oro de la ciudad costasoleña. Un concepto original, un local elegante y una cocina exquisita que seguro va a gustar mucho a locales y visitantes.Roostiq es un sitio original y rompedor por su propuesta fuera de lo habitual: torreznos marinados con champagne, pizzas al horno de leña y platos a la brasa a base de verduras ecológicas o carnes de animales que ellos mismos crían. Tiene sus ventajas eso de tener granja propia donde criar pollos, cerdos, hacer sus propios embutidos y contar con huerto propio ecológico donde cultivar verduras con el máximo mimo. La frescura del producto está garantizado. Del huerto y la granja a la mesa.
La historia de Roostiq
Todo empezó en una granja familiar de Ávila donde se empezó a cocinar y experimentar en un gran horno de leña. Alberto Zoilo, el dueño de esta maravilla y amante de la pizza, empezó a cocinar y experimentar de forma obsesiva la forma de hacer la pizza perfecta: cantidad de levadura, fermentación de la masa, temperatura del horno….. Tran mucho ensayo y error y alguna visita a pizzerías míticas como Di Fara en Brooklyn , la cosa fue a más y de su exitoso horno casero soñó con dar un paso más y pasó a montar su restaurante en Madrid, que en poco más de 3 años se ha convertido en un referente y un concepto rompedor en Madrid. Alberto tiene claro que su granja de Ávila es la base y la clave de Roostiq, ya que en ella se cría, se cultiva ecológicamente y se experimenta hasta alcanzar lo que busca, la excelencia en el producto. Crían pollos ecológicos cebados a pasto y cerdos de bellota en su dehesa de Ávila. Además cultivan tomates, acelgas, puerros, piparras, rúcula, albahaca, kale y muchas más verduras ecológicas regadas por el río. El sabor de los alimentos está garantizado.
Incorformista y perfeccionista hasta decir basta, no se conforma con cualquier cosa y cuida los detalles de su local hasta el último milímetro. Eso le va a asegurar el éxito, aunque como el dice, su aspiración no es económica, sino que la gente coma bien y que todo esté perfectamente ejecutado, como a él le gusta. El local
Si la entrada a Roostiq ya enamora, el interior no te deja indiferente. Interiorismo elegante y cálido, está todo cuidado hasta el más mínimo detalle, que unido al gran ambiente hacen del local una gran alternativa a los ya conocidos de Marbella. Saon interior con varios ambientes, mobiliario de diseño, terraza ideal para comer en verano, gran cocina a la vista. Me gustó mucho la barra para ir rompiendo el hielo antes de comer y disfrutar de un cocktail bien preparado por un profesional. Todo pensado al milímetro y solo con decir que los creadores de este espacio gastronómico son Astet Studio, queda todo dicho. Maravilloso diseño que aunan complejidad y simplicidad es un mismo espacio.
El Menú
Las platos de la carta se basan en los productos de la granja y en el huerto ecológico, y algunos que otros productos que conforman una carta no muy extensa pero redonda. Como no, sus famosos torreznos, carnes y pizzas artesanales al horno de piedra pero también hay excelentes verduras ecológicas a la plancha, ensaladas e incluso algunos pescados. Los postres, como podéis imaginar, también son de altura. Los precios no son abusivos, platos que oscilan entre los 15-35 euros. Para lo que hay en la zona y la calidad, más que bien.
El Equipo
Me gustó mucho que Alberto no hable de chef ni de nombres propios, nos repitió más de una vez que lo importante aquí es el equipo, no el nombre de nadie. Eso, en los tiempos que corren, es díficil de encontrar. Aún están en rodaje, sólo llevan una semana abiertos pero aún así el servicio fue atento, eficaz y profesional. El amor por los detalles y el perfeccionismo de su dueño, sin duda hará un gran equipo.
La bodega
Son embajadores de Krug, la prestigiosa marca de Champagne desde 1843 pero además tienen alrededor de 500 referencias en su bodega, entre vinos nacionales e internacionales y champagnes.
Mi experiencia
La noche ha sido perfecta y una experiencia fantástica, todo ha estado en su sitio y la calidad del producto una absoluta locura. Os cuento lo que hemos comido y os dejo algunas fotos para que os hagáis una idea:
- Empezamos con un cocktail ( sin alcohol) en la barra. Eucalyptus, con Raspberry, eucalipto y limón. Refrescante para abrir boca.
- Tomate nº 38. Productazo de su huerta. Con aceite y sal, no hace falta más. Un sabor único.
- Los torreznos son entrar en otra dimensión por su sabor y su textura. No te puedes ir de aquí sin probarlos. Si además, maridas con champagne, no lo vas a olvidar.
- Los puerros a la brasa son otro acierto. Sin salsas que enmascaren su sabor. Todo al natural y con el mínimo toque en cocina.
- La acelgas a la brasa son otra delicia, un producto tan poco agraciado se convierte aquí en un bocado exquisito. Probadlas y me contáis.
- Las cigalitas con cherry y albahaca a la llama están para mojar pan y decir basta. Brutales.
- La pizza ( de fermentación lenta hasta 72 horas en frío) son de otro nivel, nada que ver con las pizzas que solemos comer normalmente. Alberto nos sugurió la pizza de Guanciale y cebolleta. Realmente deliciosa.
- El pollo Roostiq es otra delicia, deshuesado y presentado de forma original. Viene acompañado con una salsa tomate casero de sabor indescrptible. Otro acierto seguro.
- La picaña de vaca a la brasa fue nuestro último plato y me pareció magnífica. Gran producto y acompañado por unas espectaculares patatas fritas en aceite de oliva y unos pimientos del piquillo superiores.
- Para terminar la gran cena, los postres: sublime la tarta de queso con nata montada y licor amaretto, notable la tarta de manzana con helado de vainilla y crema inglesa. Y extraordinaria el helado casero de pistacho. Fin de fiesta como se merecía.
Amigos, asta aquí mis impresiones de Roostiq, al que le deseo toda la suerte del mundo y un buen futuro: un espacio cuidado y elegante donde disfrutar, un servicio esmerado y profesional y una cocina sencilla con un producto maravilloso. Si además cuidan hasta el más mínimo detalle, la experiencia se vuelve inolvidable. Le auguro mucho éxito. ¡No dejéis de ir!.
Roostiq Marbella. Urbanización Villa Parra Palomeras 61, 29602. Reservas: 952146075 Precio medio: 50-60 euros. Su web: Roostiq Marbella