Este es un blog de viajes principalmente pero como sabéis también me gusta dar unas pinceladas de gastronomía y eventualmente, dedicar un artículo completo a los templos gastronómicos que me llegan al corazón y que creo que os puedo recomendar sin titubeos. Y es que viajar y comer van de la mano. Son pocos los elegidos que desfilan por aquí, porque la gran mayoría tiene su crítica en Viaja y come, mi blog de gastronomía pero Maria Salinas Restaurant tenía que estar porque la experiencia que hemos vivido ha sido única y maravillosa. Comer en Mallorca como los ángeles es posible en casa de María Salinas. ¡Una visita obligada que no os podéis perder si visitáis Mallorca!.
Así que hoy os voy a hablar de este pequeño restaurante situado en un pequeño y encantador pueblo de montaña de Mallorca, Mancor de la Vall. Como su nombre indica, su chef es Maria Salinas y el destino quiso que la conociera en mi reciente viaje a Mallorca ( gracias a la recomendación de la bloguera e instagramer Teresa Pérez, @laplayeran1). María es un emblema en la isla, excelente cocinera y una persona de las que te llegan, cercana y vital, optimista y alegre. Su cocina refleja su forma de ser. Sabe sacar todo el jugo a los frescos productos locales y mima la cocina tradicional como nadie, siempre con su toque especial. Gastronomía íntima lo llama ella.
Su casa, porque este local es como si estuvieras en tu casa, es hogareña, acogedora, sencilla y armoniosa. Algo flota en el aire y en la decoración que te hace sentir a gusto. Energía positiva se podría llamar. Hasta para la elección del pueblo María ha acertado: un tranquilo pueblecito de montaña donde la tranquilidad y el aire puro son señas de identidad. Un casita de pueblo decorada con gusto y que a ella le gusta enseñar cuando acabas de comer. La vajilla está elegida con gusto y todo está cuidado al más mínimo detalle, como el saloncito para tomar una copa o la terraza con vistas a la montaña, dos de sus lugares favoritos de la casa. Calculé no más de 10 mesas por lo que la reducida capacidad hace necesaria la reserva previa. Tuvimos mucha suerte ya que era entre semana y no teníamos reserva pero una mesa canceló y al llegar pronto, pudimos sentarnos. ¡Bendito destino!.
A mediodía ofrece un menú por 12 euros ( sin iva y bebida aparte) que es lo mejor que he probado nunca en relación calidad-precio. Los productos diarios del mercado mandan y Maria se adapta a lo que encuentre. Producto 100 % local e inspiración hacen el resto. Por la noche hay menú degustación algo más caro ( alrededor de 30 euros) pero estoy seguro que debe ser también una delicia. El menú de almuerzo estaba compuesto por dos primeros y dos segundos a elegir, más un postre. De entrada unas nueces con su abridor, que se note que estamos en la montaña y pan con aceite y perejil.
– De primero: Coca de cebolla caramelizada y rulo de cabra o potaje de lentejas con chipirones.
– De segundos: Lubina con ragut de setas o secreto de cerdo con acelgas, espinacas y zanahoria morada con huevo de ganso.
– Brownie de chocolate o tarta de almendras.
Como íbamos con mis dos peques, para ellos pedimos unos raviolis con tomate y para nosotros dos, un plato de cada y así probar todo el menú. María es tan amable que también se encarga de servir algunos platos, saludar a los clientes… es multiusos. La coca caramelizada es para enmarcar. Maravillosa, suave y en su punto así como el potaje de lentejas que mis peques también probaron y que les encantó. Los chipirones fritos son un guiño al pescaito frito, no en vano María lleva a Málaga en su corazoncito.
Los segundos fueron también excelentes, con un sabor que para sí quisieran muchos afamados chefs. La lubina con ragut de setas ( en esta zona hay muchas) impresionante de sabor y contraste. El secreto de cerdo con acelgas y huevo de ganso maravilloso. Que te traigan los huevos a diario de una granja cercana hace que el frescor y el sabor del producto esté garantizado. Y para rematar una suave tarta de almendras y un brownie de esos que no se olvidan por sabor y delicadeza.
Más tarde charlamos con María, nos tomamos un café, nos enseño su casa, su terraza, nos contó su proyecto y nos dejó maravillados con su forma de ser. Todo con calma, sin prisas y con gusto. En casa de María todo fluye.
Después de visitar su local y probar su cocina, algunos entendidos le dicen a María que debe cobrar más en su restaurante, que unos platos así no pueden ser tan baratos. Yo le digo que haga lo que le dicte el corazón, que siga siendo feliz en su cocina y que continue dándonos felicidad a quienes la visitamos. Nunca olvidaremos tu escondite en Mancor de la Vall. ¡Un placer conocerte Maria!.
Carrer Major, 5 Mancor del Vall, Mallorca.
Teléfono de reservas: 663 20 54 04