Recorrer un tramo del río Mekong, el gran río del Sudeste Asiático, siempre ha sido uno de mis sueños más deseados y una de esas experiencias viajeras de la que estaba seguro no se me olvidarían. Navegar por este mítico río, ver como transcurre su cauce, aparentemente tranquilo pero traicionero, conocer su historia, como es el modo de vida de sus gentes o descubrir algunos de los paisajes por donde transcurre siempre ha sido algo que me ha llenado de intriga y finalmente he podido realizarlo.
Nuestro viaje por Laos comenzó en Huay Xai, al norte del país, después de haber cruzado la frontera de Tailandia, y teníamos claro que queríamos bajar el mekong durante dos días hasta llegar a la mística ciudad de Luang Prabang. No sé si será posible en otra parte del mundo viajar entre dos países ( Laos y tailandia) durante tanto tiempo ya que este río, además de otros importantes usos, también hace de frontera natural durante cientos de kilómetros. Pero lo que si es seguro es que es una experiencia inolvidable que desde aquí os recomendamos sin dudar. ¿Pero como es el rio Mekong y porque ejerce tanta atracción? ¿ Cómo se puede recorrer parte de él? ¿ Que se puede ver mientras se navega?
El Rio Mekong
El Mekong es uno de los ríos más largos del mundo con una longitud de más de 4000 kilómetros y tiene su nacimiento en la Cordillera del Himalaya ( China), pasando después por Myanmar, Tailandia, Laos, Camboya y Vietnam, convirtiéndolo en el más importante del sudeste asiático. La riqueza y el impacto que genera entre más de 100 millones de seres humanos nos dan una idea de la importancia de este río en la zona, no en vano se llegan a pescar al año más de 1.300.000 toneladas de pescado y viven en él más de 1200 especies de peces. Su rico caudal ha sido fundamental para que el cultivo de arroz sea otro de los sustentos de esta parte del mundo llegando a proporcionar hasta tres cosechas al año. Por tanto, se puede decir que este río es el alma de Laos ya que más de 2000 kilómetros transcurren por este país, atravesándolo de norte a sur y dotándolo de una identidad propia.
Pero la importancia del mekong también viene dada por la rica actividad humana a su alrededor, siendo el principal medio de transporte desde tiempos inmemoriales, encontrando salpicadas pequeñas aldeas de pescadores así como grandes ciudades como Vientiane o Phnom Pehn, las capitales de Laos y Camboya respectivamente. Aunque no todo es idílico en este río, ya que es uno de los más contaminados del planeta, cosa que pudimos corroborar en más de una ocasión y es que a muchos les sirve de basurero, letrina, lavadero, aseo particular y demás usos inadecuados que os podáis imaginar…. A pesar esto y de que cada vez más turistas hacen este recorrido por el Mekong, es una vivencia inolvidable y un «must» en Laos. Os vamos a contar como fueron esos dos días navegando entre la selva por un río traicionero color chocolate.
Día 1
El color oscuro del río fue lo primero que me llamó la atención cuando lo crucé desde Tailandia para introducirme en Laos. Eso y la inmensidad y verdor de las montañas cercanas. El paisaje selvático a su alrededor es abrumador. Con nuestro ticket en mano comprado en una agencia local de Huay Xai, nos fuimos hasta el embarcadero para salir a las 11:30 de la mañana, tal y como nos habían anunciado. Antes de subir compramos unos bocadillos y bebidas en alguna tienda cercana ya que el viaje es largo y tardaremos 8 horas en llegar a nuestra primera parada, la pequeña población de Pak Beng. También nos intentan vender el alojamiento de la noche con la excusa de que es temporada alta. Pero no aceptamos. Después de un rato de espera y ya acoplados en nuestra barcaza, salimos por fin de Huay Xai. Hasta que no se han llenado dos barcas llenas de turistas no hemos salido, una práctica muy común en el sudeste asiático.
No nos podemos quejar porque la nuestra tiene buenos asientos, sacados de un autobús y puestos en filas, un pobre aseo en la parte trasera y una pequeña barra que regenta una familia con un bebé donde venden patatas, refrescos y cerveza BeerLao a precios altos. Va cargada de jóvenes americanos mochileros bastante gritones por lo que me espero lo peor del trayecto. Pero todo se olvida al admirar el paisaje que me rodea y el marchar lento de la barcaza. Durante las dos primeras horas de travesía se pueden ver las orillas de los dos países, Laos y Tailandia, así como la vida alrededor del rio, pequeñas embarcaciones de pesca, templos, o minúsculos poblados. Después navegaremos sólo por territorio Laosiano todo el tiempo, pausadamente y disfrutando del lento paseo y del paisaje. Los primeros minutos son de asombro ante el paisaje, para ir pasando por diferentes estados anímicos, incluido el miedo cuando empezamos a ver piedras, troncos a la deriva, pequeños remolinos, rápidos y una lluvia que comienza a arreciar con fuerza.
Llueve a cantaros en esta parte del mundo y me pregunto si la barcaza aguantará viva ya que nos entra agua por los laterales y empezamos a ver agua por nuestros pies. Pero parece que estos aguaceros son normales aquí. Los turistas americanos siguen con su fiesta particular, bebiendo whisky local, cerveza y haciendo juegos a gritos que sólo ellos conocen. Nosotros seguimos cámara en mano disfrutando del espectacular paisaje. Después de 7 horas aparecen entre el aguacero una casas de madera en la ribera del río. Hemos llegado a Pak Beng, nuestra base para pasar la noche y solo poner pie en tierra ya nos damos cuenta de que esto no va ser fácil: algo de caos para recuperar nuestras mochilas, barro, resbalones y mucha lluvia que nos deja calados hasta los huesos.
Pak Beng
Casi ni llamaría pueblo a Pak Beng, un lugar en medio de la nada que ha crecido gracias al trasiego de turistas que vamos camino de Luang Prabang o en sentido inverso hacia Huay Xai. Y han sabido aprovecharlo a base de bien. Este lugar es más bien una hilera de casas de madera, alojamientos básicos y restaurante en dos calles junto al río, con un embarcadero que no merece tener ese nombre, asfalto de mala calidad, luz eléctrica por horas y demasiado visitante al día. Esto hace que esta gente viva del turista y que muchas veces pierdan sus principios. Los dólares mandan. Y es que aquí sólo se viene por dos cosas: o a hacer escala de una noche si viajas por el río, o para ir por carretera a la población de Udomxai. Poco más.
Hemos conocido durante el trayecto a una pareja italiana, una chica alemana y dos austriacas, y hemos hecho piña contra los ruidosos yankis. Conocer gente viajera durante el viaje es algo que me entusiasma, me llena cada día más y me da la posibilidad de aprender, mejorar mi inglés y conocer el punto de vista de otros viajeros como yo. Tienen alojamiento reservado y vamos con ellos para comprobar las instalaciones. Os he dicho alguna vez que en el sudeste prefiero llegar a un sitio, a pesar de que es algo pesado, y ver in situ el alojamiento porque ya me he llevado más de una sorpresa. La Bounmme Guesthouse no parece mala opción y nos ofrecen una habitación doble con baño ( bueno, algo parecido a un baño repleto de grandes arañas) y aire acondicionado por 8 dólares. Aceptamos porque entre otras cosas llueve a mares, estamos empapados, se ha hecho de noche y no queremos buscar otra cosa.
Con nuestros nuevos amigos de viaje cenaremos allí mismo ( 5 euros) a base de arroz y un buey del mekong que casi me rompe las mandíbulas de tanto masticar. Lo mejor, la compañía y las risas a pesar de que sigue lloviendo a mares. Antes de irnos, nos ofrecen opio, algo que parece muy normal aquí. No gracias, no fumamos. Pak Beng está oscuro y siniestro así que nos vamos a la cama que nos queda otro día de maravillosa travesía por el Mekong.
Día 2
Nos levantamos temprano para desayunar ya que nuestra barca zarpa antes de las 9 de la mañana y compramos de nuevo en nuestra guesthouse bocadillos y agua para el trayecto. El día transcurre de la misma manera: discurrir lento de la embarcación, admiración del paisaje, charla con los compañeros de bote ( mucho más relajados este segundo día), hacer fotos, grabar vídeos, leer nuestra guía, gastar bromas y hasta dar alguna cabezada. Vemos muchos pescadores ajetreados en su trabajo diario, trampas de pesca, bueyes que se acercan al rio a beber y a veces la barca se para para dejar a algún pasajero junto a la orilla desierta, adentrándose en la jungla por caminos que sólo ellos conocen. Me doy cuenta de las dificultades que tiene que pasar esta gente al vivir en una zona tan remota y sólo comunicada por el río. Por suerte el tiempo ha mejorado bastante y después de otras siete horas de travesía y ya un poco impacientes vemos junto a la orilla del río grandes palmeras y las cúpulas de algunos templos. Hemos llegado a Luang Prabang, la antigua capital de Laos y una de las ciudades más místicas del planeta tierra. La experiencia de recorrer durante dos días un tramo del Mekong ha sido asombrosa, inolvidable y muy gratificante.
Consejos y advertencias para la ruta en barcaza lenta entre Huay Xai y Luang Prabang
Para acabar quiero daros algunos consejos que os vendrán bien si hacéis este recorrido en barca, así como advertiros ya que os intentarán engatusar con pequeños trucos ( llámese timos ) para sacar dinero al turista.
1- En Huay Xai el muelle de salida de las barcas está muy al norte de la ciudad y es difícil de encontrarlo por lo que es aconsejable tomar un tuk tuk. Una vez allí en las taquillas se compra el ticket para los barcos. También se pueden comprar en las agencias de la calle principal por un poco más.
2- Comprar bocadillos y bebida en las tiendas de Huay Xai para el viaje, que es largo e incómodo.
3- Os dirán en Huay Xai que Pak Beng está completo de alojamientos y que reservéis. No es cierto, aunque es verdad que al llegar hay que buscar y puede uno no encontrar lo que busca.
4- Cuidado al llegar a Pak Beng que varios muchachos del poblado entrarán rápidamente en el barco para sacar las mochilas y acompañaros hasta el alojamiento. Os pedirán a cambio unos dólares. Sed tajantes y decid que no.
5- En Pak Beng os ofrecerán opio, normalmente a los hombres. Ni se os ocurra aceptarlo.
6. No os recomiendo viajar con maleta por aquí. El embarcadero ( más bien la orilla pura y dura) es dificil, resbaladizo y arenoso por no hablar del barro acumulado si llueve ( cosa muy probable aquí).
7. Algunos barcos tienen los asientos de madera y dos días en ellos puede resultar algo difícil.
8. Para llegar a Luang Prabang también existe la opción de barca rápida. En el mismo día estaréis en destino pero los rápidos que hace el rio, las rocas escondidas y demás trampas del Mekong hacen que esta opción sea algo más arriesgada y cara. Además no se disfruta igual el paisaje.
Anécdotas y consejos aparte, navegar por el rio Mekong entre Huay Xai y Luang Prabang es una de las mejores experiencias que se pueden hacer en Laos y de las que no se olvidan nunca. Sólo espero que el turismo no sature más la zona, cosa difícil porque es para enamorarse y no querer regresar…..
Datos de interés
– Precio trayecto Huay Xai- Luang Prabang con agencia local: 240.000 kips, unos 24 euros.
– Dormir en Pak Beng: Bounmme Guesthouse, una de las más grandes y populares. Habitaciones muy básicas con baño y aire acondicionado por 8 dólares. Cena por unos 5 euros.
– Libro recomendado: «Viaje al Mekong, cabalgando el dragón por Tailandia, Laos, camboya y Vietnam». 2001, de Javier y Gorka Nart.
– Si quieres ver más fotos de la travesía, aquí tienes mi galería de Flickr, «Navegando por el Mekong en Laos»

J. Antonio López. 9 septiembre, 2013
Muy bien descrito este conocido y concurrido viaje por el Mekonng. No lo conozco pero me contaron bastante de él y es tal como lo describres. Si que hize el viaje barco de Nongh Kiaw a Muang Ngoi ( 1hora ida y 1 hora vuelta pasando unos días en un lugar de ensueño como es Muang Ngoi) y también en barco de Nongk Khiaw a Luang Prabang, mucho menos concurrido e igual de interesante. Un abrazo y gracias por tus crónicas.