Nuestro viaje por Islandia continúa y hoy nos despertamos con un paisaje demoledor ya que hemos acampado a los pies del volcán Eyjafjallajökull, que tantos problemas dio hace unos años al espacio aéreo europeo ( recordad que en Islandia se puede acampar sin problemas en muchos lugares y junto a los puentes es uno de ellos). Con nosotros el volcán se ha portado muy bien y nos ha dejado descansar unas horas en nuestra tienda. Como he dicho en varias ocasiones, Islandia es un país para disfrutar de su naturaleza salvaje así no hay mejor manera de hacerlo que durmiendo arropado por ella.
A pesar de estar en el mes de Julio, la mañana se presenta fría y el cielo amenazador. Lavarnos la cara en el riachuelo cercano a nuestra tienda es casi misión imposible por lo fria de su agua ( tanto deshielo hace que el agua sea muy pura, pero helada a la vez). Estamos en el sur de la isla y tenemos intención de ir en dirección este para ver dos paisajes muy diferentes entre sí pero igualmente espectaculares: la zona de Vik con sus famosos acantilados y el Parque Nacional de Vatnajokull y su lago glaciar de Jökulsárlón, una de las maravillas naturales más visitadas de toda Islandia.
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La playa de Vik y los tres trolls
Después de un buen tramo de conducción bajo la lluvía nos acercamos a nuestra primera parada del día, Vík í Myrdal, una pequeña localidad del sur de Islandia enclavada en un entorno idílico y donde sus cerca de 350 habitantes viven en total tranquilidad. Pero a pesar de ser una localidad tan pequeña, está estratégicamente situada a medio camino entre Reikiavik y Hofn y cuenta con una naturaleza y una fauna extraordinaria, única en el país. Y digo esto porque desde que hemos llegado a Islandia, hemos visto fotos de un pequeño y gracioso pájaro que es el emblema del país y que está por todos partes: en el aeropuerto, en las tiendas, en muchos carteles… Se llama frailecillo ( puffin) y hemos leido que en esta zona costera, junto a los acantilados, podremos verlos sin problemas.
Lo primero que llama la atención al visitante son las formaciones rocosas que hay junto a la costa. Dyrhólaey y los Reynisdrangur o trolls de piedra son algunas de las maravillas de la naturaleza que hay que ver en Islandia y una de las postales más vistas del país. Dyrhólaey es una enorme formación rocosa de 120 metros de longitud junto a la costa con forma de arco erosionado por la fuerza del mar, un bello antojo de la naturaleza que podemos disfrutar en la zona. Por cierto, que el acceso para verlo de cerca no hubo manera de encontrarlo así que decidimos ir en busca de los frailecillos y ver la playa de arena negra y los trolls de piedra.
Los trolls tienen su propia leyenda porque ya sabéis que aquí en Islandia la mitología es una buena forma de explicar cualquier situación: tres gigantescos trolls intentaron separar los fiordos del oeste del resto de Islandia, pero mientras llevaban a cabo su maléfico plan, aparecieron los primeros rayos de luz del amanecer y los trolls se convirtieron en piedra. Allí quedaron petrificados y hoy día podemos disfrutar de estas rocas con unos nombres tan curiosos como su leyenda: Skessudrangar, Landdrangar y Langhamrar. La imagen de los trolls y la extensa playa de arena negra de Vik, cubierta de arena volcánica, de acantilados y de formaciones rocosas, es otro de los lugares que más nos impresionaron de la zona. Y el complemento perfecto para estos paisajes es el simpático frailecillo común, ave que se pueden ver por los acantilados lanzarse en picado hacia el mar en busca de alimento y volver hasta su inaccesible hogar en un torpe vuelo que me recordó mucho a pingüinos en miniatura. Su pico naranja y su original forma de desplazarse hacen que sean muy queridos en el país, casi un símbolo nacional. A pesar de tanto amor hacia este pájaro, también los podréis encontrar en su gastronomía y preparados de diversas maneras.
Después de bastantes kilómetros de conducción con un paisaje algo monótono por esta parte del sur, vamos llegando al extenso Parque Nacional de Vatnajokull, el parque Nacional más grande Europa que comprende el gran glaciar y sus zonas cercanas, entre las que se encuentran varios centros de visitantes como el de Ásbyrgi, Skriouklaustur y Skaftafell. Tenéis más info del parque aquí: http://www.vatnajokulsthjodgardur.is/english
Lengua glaciar Svínafellsjokull
Quizás como aperitivo a lo que estaba por llegar, la ansiada laguna de Jökulsárlón, nos detuvimos en esta lengua glaciar perteneciente al glaciar Vatnajökul, para apreciar la inmensidad y belleza de este fenómeno de la naturaleza. Por toda Islandia encontraréis un símbolo en las carreteras que indica que hay algo de interés por visitar. ¡Cuando lo veáis, desviarnos que algo interesante habrá!. Y eso mismo hicimos nosotros al ver el famoso cartel. En esta lengua glaciar vemos como el hielo se desparrama desde la montaña y llega casi a pie de carretera. Impresionante. Salimos del coche y nos abrigamos porque la temperatura junto a un glaciar, a pesar de ser Julio, es bastante baja. Vemos una excursión de turistas que se va a caminar por los glaciares, pertrechados y preparados con todo lo necesario para practicar esta interesante actividad. Ni se os ocurra hacerlo por vuestra cuenta que un glaciar no es cualquier cosa. Nosotros nos conformamos con andar por tierra firme hasta donde la lengua glaciar nos deja y sentarnos boquiabiertos a admirar el fascinante espectáculo. Islandia y su naturaleza nos vuelve a sorprender.
Icebergs flotantes de Jokulsarlón
Por fín llegamos al más grande de los lagos glaciares de Islandia, Jökulsárlón, un lugar que habíamos visto en fotos antes del viaje y que estábamos deseando admirar. Un paisaje que parece sacado de otro planeta y que es uno de los lugares más visitados del país por esa combinación de lengua glaciar y lago que lo hacen único. La característica de esta lengua glaciar es que termina en un lago que desemboca directamente en el mar. Para mi uno de los paisajes más bellos de islandia.
Situado junto a la ring road, la carretera principal, nos encontramos un aparcamiento con bastantes coches y su centro de visitantes nos da una idea de los visitas que recibe. A pesar de esto, no hay agobio de gente y una vez más quedo maravillado y sin palabras contemplando un paisaje de belleza sin igual. Los enormes bloques de icebers flotan en el agua y algunos se desplazan hacia el mar en un viaje lleno de fuerza, tropiezos y colisiones. Muchos de esos bloques de hielo tienen más de 1000 años de antigüedad y mucha gente se acerca hasta la misma orilla para intentar alcanzar un trozito de hielo y hacerse la foto correspondiente. La imagen del glaciar reflejada en la laguna llena icebergs y el cielo azul, forman una estampa difícil de olvidar. A pesar de que ha salido el sol hace bastante frío al lado de tanto hielo pero nos da igual y no paramos de quedarnos absortos una y otra vez a contemplar esta maravilla de la naturaleza. Los distintos tonos de azul del agua y de los icebergs con el blanco como fondo no se me olvidarán nunca.
Parque Nacional de Skaftafell y Svartifoss, la cascada de basalto
Esta maravilla de Parque Nacional tiene casi 1700 m2 y está situado al sur del gran glaciar. Fue declarado Parque Nacional en 1967 y es uno de los más extensos y bellos del país. Aquí podremos encontrar todo tipo de paisajes: volcanes, glaciares, arena volcánica, mucho hielo, costa, y por supuesto, un sinfín de actividades relacionadas con la naturaleza. Lo mejor como ya os he comentado en anteriores artículos es parar en su centro de visitantes para informarnos de lo que se puede ver en la zona, tomar un café, una sopa de cordero o simplemente estirar las piernas de tantas horas de coche. Junto al centro de visitantes hay un camping y un área de aseos excelente que usamos.Vamos a información y nos dicen que muy cerca hay una pequeña ruta senderista de casi 2 kilómetros que acaba en la preciosa cascada Svartifoss.
Tenemos muchas ganas de andar así que decidimos hacerla. La ruta está muy bien señalada, no dura más de 45 minutos a pie ( ida) y es fácil de hacer a pesar de que es un sube y baja constante ( y para regresar incluso hay varias opciones por otros senderos). Después de rato disfrutando del escarpado paisaje, cruzando riachuelos y otros saltos de agua como Hundfoss, la cascada de los perros, nos encontramos con esta catarata de 25 metros cuya característica principal es que su pared está formada por basalto negro de origen volcánico, de ahí su nombre. Cientos de columnas hexagonales le confieren un aspecto mágico y brillante a esta catarata y hacen que sea una obra de arte de la madre naturaleza. No se si es mejor admirarla de cerca o de lejos incrustada en el paisaje islandés. Mejor comprobradlo vosotros mismos. Y una curiosidad: parece que estas alargadas columnas hexagonales sirvieron de inspiración para diseñar la catedral de Reikiavik.
Felices por el minitrekking realizado volvemos en nuestro coche dirección oeste y hacemos varias paradas para buscar alojamiento pero no hay forma de encontrar nada libre. Nuestros huesos acabarán de nuevo en forma de acampada libre. Pero el destino nos tiene preparado una sorpresa más en forma de camping. Estamos cerca de Skogar, donde pensamos hacer al día siguiente una ruta senderista, y tiene una particularidad que lo hace único: está situado a los pies de la cascada Skógafoss, una maravilla de la naturaleza que culmina nuestro gran día. Cenar junto a la cascada y acostarnos con el murmullo del agua hace que esa noche nos cueste conciliar el sueño. Nos espera el trekking más bonito del mundo.
Más información
– Todos mis artículos sobre Islandia.
– Mis Vídeos de la playa de Vik y el Lago Glaciar de Jokulsarlón.

Kikas 28 marzo, 2013
Las fotos son realmente espectaculares, Fran….