Bañada por el océano atlántico y azotada sin remedio por un viento que se ha convertido en su seña de identidad, la ciudad de Essaouira, Mogador años atrás, aparece ante el visitante como un diamante por pulir, un lugar tranquilo donde la vida pasa despacio y que aún guarda la esencia de ese Marruecos de provincias, de gente sencilla con costumbres arraigadas en el tiempo que el viajero agradece nada más pisar esta acogedora ciudad amurallada.
A menos de 200 kilómetros de Marrakech podemos encontrar esta coqueta ciudad costera cuya medina ha sido declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad y cuyo sustento ha sido y es, la pesca tradicional, a pesar de que últimamente el turismo en forma de tablas de surf e inversión extranjera está llegando a pasos agigantados. Es un lugar tranquilo, lejos de los agobios de las grandes ciudades marroquíes, ideal para mezclarse con la gente local, disfrutar de su medina amurallada o comprar en su coqueto zoco sin los ruidos y prisas habituales de este país.
Este importante puerto fue fortificado por los portugueses para su defensa, ha sido cuna de célebres piratas como Barbanegra y usado para el tráfico de esclavos con destino a América. Actualmente es uno de los puertos pesqueros más importantes del sur del país y puede presumir de una actividad diaria frenética que sorprende y enamora al visitante. Y llegado el verano, cuando las extremas temperaturas sofocan a medio país, Essaouira renace y alivia a locales y visitantes con sus moderadas temperaturas gracias al Atlántico, su inseparable compañero.
Al preparar nuestra escapada a Marrakech nos planteamos hacer una excursión por algún lugar cercano ya que como todos sabéis ( y si no lo sabéis yo os lo digo), Marrakech carece de visitas o monumentos propiamente dichos y con tres o cuatro días allí es suficiente para el visitante convencional. Y casi sin querer apareció el nombre de Essaouira. Buscando lo poco que hay en la red sobre ella me hizo ver que podía ser el contraste ideal a una gran ciudad. Una vez decidido que queríamos visitarla debido a su cercanía con Marrakech (apenas dos horas y media en coche), nos planteamos como llegar allí. Como llegar a Essaouira
Desde Marrakech hay dos opciones muy claras para llegar a Essaouira: autobús o coche de alquiler. Para la primera opción hay dos compañías de autobuses ( Supratours y CTM) que salen diariamente desde la estación de autobuses de Marrakech y que tardan menos de 3 horas en recorrer la distancia entre ambas ciudades.
En nuestro caso hemos alquilado un coche dos días a muy buen precio que nos ha servido para darnos cuenta de cómo se conduce por este país y como las gasta la policía en los controles de carretera. Al principio nos ha costado más de un susto pero con las horas uno de habitúa a perderse, a que no haya casi señales de tráfico, a que se le cruzen mulas, perros, personas, carromatos, bicis, motocicletas sin luces… En fín, una experiencia que nos ha llegado al alma ya que conducir es una buena forma de entender una cultura y un país. Además la gasolina no es muy cara y en 400 km hemos gastado unos 20 euros. Tengo que advertiros que hay mucho policía de carretera y controlan la velocidad con radar ( 100 km/hora en carreteras nacionales máxima permitida). Nos libramos de una multa o un chantaje de puro milagro…
Que hacer en Essaouira
Essaouira es un pueblo pesquero relativamente pequeño, muy tranquilo y no cuenta con monumentos de interés ni grandes visitas destacadas. Su encanto radica en la simplicidad y cotidianidad de sus gentes, ensimismados en sus quehaceres y ajenas a los turistas que hasta allí llegan. Pasear por las calles mal asfaltadas de su medina, ver el ajetreo de los comerciantes, olisquear sus puestos de carnes, frutas y verduras, comprar un pan recién hecho en un puesto callejero o sentarse en alguna de las tranquilas plazas del centro amurallado, son sensaciones que hacen a uno disfrutar de esta apacible ciudad.
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Medina: Una murallas de color arenoso rodean una coqueta medina llena de callejones, arcos tallados, plazas y calles ambientadas. Es el punto al que acuden todos los vecinos para comprar, pasear, hacer negocios.., y los visitantes para perdernos en su zoco y para hacer compras. Pasear de noche por sus callejuelas resulta intrigante pero os puedo asegurar que no hay nada que temer.
El puerto: La actividad de su puerto pesquero es frenética y es uno de los puntos principales que hay que visitar. Ver descargar el pescado fresco de un barco y seguir con atención los trabajos relacionados con la pesca tradicional me pareció algo extraordinario y que hoy día no se ve con facilidad: desde recoger redes o vender el pescado en un puesto cuyo mostrador es una caja de madera, a pintar un barco o limpiar el pescado sentado en las rocas mientras cientos de gaviotas revolotean en busca de algo que llevarse al pico… Me ha fascinado el movimiento y la vida que hay en este puerto. Y un aviso a navegantes: abstenerse de venir aquí los alérgicos a los gatos o las gaviotas, las hay cientos!!
Mellah: el barrio judio de la ciudad es un lugar que cobra vida cuando la mayoría de los negocios empiezan a cerrar, aunque el aspecto de sus callejuelas es bastante desolador. Fijaros la importancia que ha tenido este grupo en Essaouira que hasta 1952 había en la ciudad ¡¡32 sinagogas!!.
Skala de la Ville: Es el único lugar donde se puede caminar por encima de las murallas y donde los lugareños se sientan a contemplar las olas del atlántico. Una colección de cañones de metal acompañan el paseo.
Zocos: sin duda uno de los atractivos de Essaouira, como en todo Marruecos, es perderse y comprar en sus zocos la gran variedad de productos que ofrecen: aceite de argán, artesanía, especias, puestos de comida, piel,alfombras, baratijas, artículos de madera de cedro, plata, joyas y todo lo imaginable se vende aquí. Y todo el mundo viene a comprar carne, pescado, verduras y cualqueir producto que necesite ya que es el «mercado de abastos» de la ciudad. Un buen lugar para pasear, sin los agobios de otros zocos donde los vendedores a veces resultan demasiado pesados e ideal para regatear y comprar ya que suelen tener mejores precios que en otras grandes ciudades de Marruecos.
Plaza Mulay Hussein: Es la plaza principal de la ciudad y el nexo de unión entre la medina y el puerto. Irremediablemente hay que pasar por esta plaza para llegar al ajetreado puerto y es el lugar ideal para hacer un alto en el camino y tomarse un té moruno ( 1 euro) o un exquisito zumo de naranja viendo la vida pasar. Mucho vendedor de gafas de sol y músicos callejeros amenizan el centro social de la ciudad.
La nariz de Orson: al suroeste de la Medina nos encontramos esta plaza con el nombre del director de cine y un curioso busto suyo sin nariz. En esta ciudad se rodó parte de la película Othello y esa omisión en el busto del director se debe a que durante el rodaje, Orson Welles perdió su nariz postiza en varias ocasiones y rodó varias escenas sin ella. Pese a ello, la película fue galardonada con la Palma de Oro en el festival de Cannes de 1952.
Playa
Una preciosa y amplísima playa de fina arena junto a la ciudad amurallada nos da una idea de lo bien que se debe de estar aquí en verano. Ideal para relajarse, pasear o darse un baño si los vientos aliseos lo permiten, llegamos a ver a varios surfistas cogiendo olas y a lo lejos, ofrecen paseos en camello por la arena de esta extensa y bonita playa. En el moderno paseo marítimo podemos ver algunos hoteles de lujo y apartamentos de veraneo, hecho que indica que el turismo está tomando mucha fuerza en esta tranquila localidad.
Donde dormir
Como en casi todas las ciudades de Marruecos, está de moda dormir en Riads, casas tradicionales ubicadas en las medinas que ofrecen todas las comodidades para el visitante. Suelen estar en callejones escondidos y no son fáciles de encontrar, tienen pocas habitaciones y ofrecen un trato personalizado y mucha, mucha tranquilidad. Nosotros nos hemos alojado en el Riad Dar Liouba, en un pequeño callejón oscuro de la medina, la ciudad amurallada. Parece mentira, viendo los callejones por los que anduvimos hasta dar con él, que este oasis de tranquilidad pueda existir. Un contraste brutal con el exterior hace darnos cuenta de las diferencias abismales que hay en esta sociedad: lujo y confort para el extranjero, sacrificio y fatigas para el local….
El confortable y tranquilo Riad Dar Liouba cuenta con 8 habitaciones decoradas al más puro estilo marroquí, incluye desayuno, wifi gratuito en lobby, terraza con vistas a la medina, mucha tranquilidad y un excelente trato. De hecho las críticas en las páginas de reservas de hoteles son realmente buenas. Por algo será. Si queréis ver un video del alojamiento podéis pasaros por mi canal de videos de Youtube.
Y una práctica que me pareció curiosa: si alguno llega aquí sin alojamiento reservado comentaros que al entrar en la ciudad grupos de jóvenes agitando llaves en la mano ( supongo que de pisos o chalets de alquiler) se afanan por encontrar algún visitante que contrate su alojamiento. Una curiosa técnica de marketing pero que supongo les dará resultado…
Donde comer
Essaouira es la ciudad del pescado fresco y el marisco. A su puerto llegan diariamente toneladas de pescado fresco que se distribuye por la zona y se consume en la misma ciudad. La oferta de restaurantes donde comer pescado fresco a buen precio es bastante amplia, así como también hay locales para bolsillos más holgados. Mención especial son los curiosos puestos de pescado del puerto, donde uno elige el fresco producto ( no olviden regatear) y allí mismo se lo cocinan en un santiamén. Pasamos por allí y sus amigables camareros nos ofrecieron comer en casi todos, prometiéndonos el mejor precio y la mejor calidad. Lo que sí está claro es que el pescado está recién traído de su hiperactivo puerto.
Y si queréis un restaurante fino, elegante y rodeado de un ambiente exquisito podéis visitar el Hotel Heure Bleue, de la prestigiosa cadena Relaix and Chateaux. En su restaurante podréis probar cocina marroquí de calidad elaborada con las materias primas más frescas. Nosotros cenamos muy bien, a base de entrantes internacionales, un excelente cordero deshuesado y un típico tajin de pollo. Eso sí, precios muy altos en un lugar de postín. Aquí tenéis mi critica en mi blog gastronómico, viaja y come.
Esta es mi pequeña guia de esta tranquila ciudad costera que ha sido retiro de artistas de la talla de Jimmy Hendrix, punto de encuentro del movimiento hippie hace unas décadas y actualmente uno de los mejores lugares de Marruecos para hacer surf. Por cierto, para los amantes de la música deciros que anualmente se celebra el Gnagoua, un festival internacional de músicas del mundo. Como veis Essaouira es una relajante ciudad, encantadora y cautivadora, lejos de los agobios y estridencias de Marrakech, y donde os puedo asegurar que os llevaréis un grato recuerdo de uno de los reductos más auténticos y tranquilos de todo el sur de Marruecos.
Datos de interés
– Riad Dar Liouba, 28 Impasse Mulay Ismail. En plena medina. B&B desde 58 euros/noche.
– Restaurante Hotel Heure Bleue.2, rue Ibn Batouta. Alrededor de 30-40 euros por persona.
– Más fotos de Essaouira en mi Flickr.

Carfot 14 febrero, 2012
Que buen descubrimiento para entender el Marruecos auténtico: una ciudad tradicional donde conocer sus costumbres y disfrutar de su gente sin agobios. Me encantan estos rincones donde simplemente con pasear ya te sientes integrado y no hay que estar con la hoja de los horarios yendo de monumento en monumento sin pararte a conocer a la gente. Muy buena entrada.
Un abrazo !!!