Si estás en Viena, una de las posibles excursiones que te puedes plantear es visitar Bratislava, capital de Eslovaquía, que se encuentra a unos 60 kilómetros de distancia. Nosotros hemos decidido visitarla y nos va a suponer perdernos algunas visitas en Viena ( el gran sacrificado va a ser el Palacio de Schönbrunn, el Versalles vienés ) pero nos apetece conocer otra ciudad y ver algo distinto. Y a fé que lo hemos conseguido ya que Bratislava es totalmente diferente a Viena, a pesar de estar tan próximas.
Los que allí vayan que no esperen una gran urbe, grandes monumentos o museos. Sí un castillo de cuento y un casco histórico medieval pequeño, muy bonito, acogedor y fotogénico. En un día completo da para visitar la ciudad vieja de la capital Eslovaca. A tan sólo 55 minutos en tren, es una visita que hay que plantearse si vas a Viena.
Para llegar hay que tomar un tren desde la estación de Sudbanhof (ost). Salen trenes cada hora aproximadamente y el precio es de 14 ida y vuelta.(La estación de tren está cerca del Palacio de Belvedere).
Palacio de Belvedere |
Viena y Bratislava son las dos capitales europeas más cercanas y es increíble, con lo próximas que están, el cambio que hay de una ciudad a otra. Sólo llegar a la estación de Petralzka hace que te des cuenta en lo distintos que son estos países ( ¡aunque el frío sí es el mismo!). La parte nueva no dice mucho de la ciudad, muchos barrios y grandes bloques de viviendas le dan el típico aspecto de ciudad del este de Europa.
Bratislava tiene un casco antiguo medieval muy bello y unos precios muy ajustados pero he de decir que la ví algo dejada, edificos con fachadas sin relucir, tranvías, trolebuses y autobuses que necesitan una jubilación, cierta sensación de dejadez ( o falta de ayudas económicas). Quizás ahí resida su encanto, no lo sé.
Una vez llegados a la estación de tren, en el barrio de Petralzka, hay que tomar un autobús hasta el centro urbano, que está algo retirado. El número 93 os dejará junto al casco antiguo de la ciudad.
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Plano del casco antiguo |
Después de preguntar a un local nos vamos hasta la última parada ( pequeño error ) y debemos de dar un paseo hasta el casco viejo. Gracias a lo cual pudimos admirar el Palacio de Grassalkovich, construido en el siglo XVIII y residencia del Presidente de la República. Y el bello Jardín de Grassalkovich, situado a espaldas de Palacio, ofrece un bonito paseo a pesar del frío y de estar desierto a estas horas.
Palacio de Grassalkovich |
Y nos adentramos por fín en el casco histórico, lleno de calles empedradas y atractivos edificios. Dar un paseo es realmente gratificante y entramos por la puerta de San Miguel, única de las 4 entradas de la época medieval que sigue en pie. Vemos la bonita calle peatonal Michalská, dominada por una preciosa torre defensiva de la época medieval ( junto con algunas murallas, son los pocos restos que quedan de esa época).
Torre medieval |
La preciosa calle Michalská |
Bajando un poco llegamos a la Hlavné Námestie, la plaza mayor del viejo Bratislava, muy ambientada y con pista de hielo incluida. Me llaman la atención algunas simpáticas estatuas de bronce que hay por la ciudad vieja, son originales y muy fotogénicas. Están dedicadas a personajes que han pasado por esta ciudad a lo largo de los años y desde luego le dan un toque alegre a la ciudad.
Hlavné Námestie, plaza principal. |
Čumil, famoso trabajador de bronce. |
Soldado del ejército de Napoleón |
Tampoco hay que dejar de admirar la ópera Nacional de Bratislava, bello edificio situado en la plaza Hviezdoslav ( Hviezdoslavovo namestie), un buen lugar para dar un paseo. Bajamos hacia el sur y admiramos el Danubio, río fundamental en la historia de esta ciudad y el Novo Mesto, puente moderno. Por cierto, en los meses menos fríos, se puede llegar a Bratislava desde Viena en barco por el Danubio.
Ópera de Bratislava. |
Hacemos un alto en el camino y decidimos tomarnos unas cervezas y algo de comida en un bar típico eslovaco. El sitio es acogedor, con los techos abovedados y decorado al estilo de aquí, supongo.
Pedimos la carta y los precios son increíblemente baratos comparados con Viena o España. Así que pedimos cerveza grande( como es costumbre), marca Kozel, y a degustar algún plato local. Esta vez me decanto por una sopa de col y salchicha de nombre impronunciable. ¡Por 1,50 euros el plato!. Me pareció un poco fuerte y amarga pero el hambre no perdona y no me quedó más remedio que liquidarla.
Kapustnica s klobásou, una sopa diferente. |
Después de descanso seguimos dando un paseo por este encantador casco histórico y vemos la Catedral de San Martín, con su alta torre en obras, y nos detenemos a tomar algo en Café L`aura, un encantador local decorado con muebles y objetos antiguos donde te ofrecen gran cantidad de cafés, infusiones y bebidas de todo tipo. Un acierto ya que el ambiente es muy relajado, con buena música de fondo, ( Jann Tiersen) ideal para descansar un rato y resguardarse del frío. Es otra de las cosas que hay que hacer en Bratislava: disfrutar de una taza de café en sus numerosos y acogedores locales.
Y nos vamos de vuelta a Viena, que tenemos que apurar el tiempo que nos queda. El casco antiguo de Bratislava me ha gustado mucho, pequeño, medieval, coqueto, y con encanto. Nos han quedado algunas cosas que ver en esta ciudad pero ha merecido la pena la escapada. La Bratislava antigua tiene encanto, encanto medieval.
El castillo desde la ciudad vieja. |
Datos de interés
– Tren Viena- Bratislava, ida y vuelta. Precio 14 euros. Duración:55 minutos. Estación en Viena: Sudbanhof ( ost), cerca del Palacio Belvedere.
– Estación Petralzka, Bratislava. Tomar el bus 93 hacia el casco viejo. 0,50 euros.
– Taberna Piunika u Kozla. Panská 27. Cerveza Kozel de medio litro 1,30 euros. Sopa agria de col, 1,50 euros.
– Café L`Aura. Plaza Rudnayovo námestie. Capuchino 2,10 euros.
– Catedral de San Martín.
– Castillo de Bratislava. De martes a Domingo de 9AM – 5PM
– http://visit.bratislava.sk/en/
– http://bratislava.viajandopor.com/guia-viajes.php
– http://es.wikipedia.org/wiki/Bratislava
– http://www.bratislavaguide.com/espanol

Amaia 21 marzo, 2011
Adoro las ciudades medievales, es algo que hemos perdido mucho aquí, creo que no dándoles la importancia que se merecían, y es una de las cosas que me encantó de Francia, todo el legado medieval que tiene.
Me siguen entrando muchas ganas de visitar esa zona… Qué monas las esculturas… típicas para que todo el mundo pose con ellas ;D
Un saludo!