La grandiosidad y la enorme extensión de terreno que componen los Templos de Angkor en Camboya, una de las maravillas del mundo y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, hacen que para visitarlos como es debido se necesiten al menos tres días repletos de caminatas, sudor y cansancio pero que compensa con una extraordinaria experiencia que todo viajero debe vivir un vez en la vida ( por cierto aún no he hablado en el blog sobre ellos…). Y de entre los muchos templos que hay por los recintos arqueológicos hay algunos más alejados pero no menos interesantes y que merecen ser visitados si disponemos de varios días en esta increíble parte del mundo: Kbal Spean es uno de ellos.
Es el caso de Kbal Spean, el rio de los mil lingas, una interesante visita a unos 50 kilómetros de Siem Reap, la ciudad base para visitar los templos de Angkor y que viene fenomenal para conocer algo más que templos y hacer algo distinto a lo habitual. Nos recomendaron la excursión desde nuestro alojamiento, Babel Guesthouse y fue todo un acierto. Nuestro conductor de Tuk Tuk nos llevó en su ruidoso tuk tuk como alma que lleva el diablo ( algo normal por aquí) por carretera durante una hora que nos sirvió para conocer un poco más el modo de vida de Camboya, sin duda un país eminentemente rural.
Los contínuos sonidos del claxon son algo a lo que llegas a acostrumbrarte en Camboya y no me imagino a un camboyano circulando si en su vehículo no funciona el claxon. Después de una buena sesión de ruido, llegamos al aparcamiento con bastantes bares y tiendas y nuestro conductor nos indica que nos adentremos en la selva y que en dos horas nos espera en el mismo lugar. Tenemos ante nosotros una pequeña caminata ( 1 hora) por la espesa jungla de menos de 2 kilómetros hasta llegar a nuestro destino, un río que guarda una sorpresa muy original.
El camino en constante subida es sencillamente espectacular, silencioso y repleto de árboles, grandes raíces y enormes piedras que hay que ir sorteando. Es apto para todo tipo de personas ya que no requiere una gran condición física para realizarlo y la experiencia merece la pena aunque os aviso que la mejor época para hacer esta visita es entre mayo y diciembre, cuando el río lleva más agua. Algún que otro insecto se cruza en nuestro camino, algo normal ya que estamos en plena selva ( un repelente de insectos viene fenomenal aquí).
Después de un buen rato caminando entre la espesa jungla llegamos a un rio donde podemos ver el cauce y distintas rocas talladas con esculturas que representan dioses hindúes y distintos grabados. Las rocas del cauce están grabadas con lingas, símbolos fálicos que representan al Dios hindú Shiva. Parece ser que estas tallas y los símbolos estaban destinados a purificar y santificar este agua que acaba su camino en los famosos templos de Angkor, ya se sabe que la religiosidad aquí estaba ( no se si sigue aún) en primer lugar. Para rematar la visita y mitigar el sofocante calor que hemos pasado, nos bañamos en una bonita cascada que forma el rio, que es visitada y disfrutada por todos los que llegamos a este lejano y curioso lugar de Camboya.
Cuenta la leyenda que bañarse en esta catarata potencia la fertilidad, algo que las mujeres locales siguen creyendo a pies juntillas. Nosotros no sabemos si el baño nos traerá fertilidad pero este encantador trekking por la jungla más salvaje y este río sagrado nos ha servido para conocer un poco más las ancestrales tradiciones de los camboyanos, un pueblo humilde y encantador.
Bonito articulo. Qué lugar más espectacular. Me encantan las cascadas. He ampliado información y he visto que es zona del gibon dorado, un mono en peligro de extinción. Es fácil de ver?
Hola, dicen que algunos hay, pero es dificil verlos, jeje. Un abrazo
que pasada de lugar. Las cascadas y la naturaleza viva!! 3 dias de caminata es impresionante!!
Un abrazo