Ha sido una de esas sorpresas que no te esperas cuando estás de viaje por un país, de esos lugares que pasan desapercibidos y que no los tienes subrayados como imprescindibles. Va uno pensando en lugares archiconocidos y con mucho nombre hasta que zas!, de buenas a primeras te encuentras con un lugar inesperado y que supera todas las expectativas que tenías de él. Schwäbisch Hall es tan bonito como difícil de pronunciar por eso merece un hueco en este blog de viajes ya que su pintoresco casco histórico con casas de entramados de madera merece estar marcado en cualquier itinerario por el sur de Alemania. 
Donde está
A medio camino entre Stuttgart, Nuremberg y Frankfurt, en el estado de Waden – Wuttemberg y en el valle del rio Kocher, la población tuvo gran importancia durante la edad media y hoy día puede considerarse como uno de los pueblos más bonitos de Alemania. Llegar por carretera es bastante fácil ya está cerca de la autopista A6 y cuenta con varios aparcamientos incluso para autocavanas que fue donde aparcamos nosotros. También hay trenes desde Stuttgart o Nuremberg. 
Un poco de historia
Parece que allá por el siglo XI la ciudad empezó a prosperar aunque tuvo importancia mucho antes por destilar sal. Obtuvo el rango de ciudad imperial en el siglo XIII y su crecimiento fue en aumento hasta que distintas guerras entre ellas la napoleónica, hizo que perdiera su estatus especial. En la segunda guerra mundial algunos edificios fueron bombardeados por los aliados y han sabido reconstruirlos para disfrute de todos nosotros. ¡Y realmente lo cuidan para que luzca como en un cuento!.
La plaza del mercado o Marktplatz es el centro neurálgico del pueblo y uno de los puntos más bonitos. La enorme escalinata de la iglesia de San Miguel ( Kirche St. Michael ) hace las veces de escenario para obras de teatro o conciertos. En ella también se encuentra el Rathaus o ayuntamiento, el edificio más importante de la ciudad.
El casco histórico
Las calles empedradas, los edificios históricos perfectamente conservados, torres medievales o sus iglesias hacen que parezca que no haya pasado el tiempo. Pero además hay animación en sus calles, terrazas y coquetos restaurantes donde hacer un alto en el camino y reponer fuerzas. Y por supuesto tiendas de todo tipo para comprar algún recuerdo. Pasear por sus calles es una delicia y en una mañana se puede ver perfectamente el pueblo. 
Repartidas por el casco histórico hay tres iglesias medievales, St Michael, Santa Katharina y San Urban aunque la primera es la más importante por estar en la plaza del mercado. Desde su torre se tienen las mejores vistas de la ciudad. 
El rio Kocher, que divide el pueblo, es una maravilla lo mires por donde lo mires ya que la imagen del rio y las coloridas casas en su ribera es quizás lo más bonito de esta localidad. Además hay puentes históricos que le terminan de dar el aire medieval como el Henkersbrücke o puente de la horca y el puente de madera Sulfersteg. La panorámica a ambos lados es de cuento. 
El parque Unterwöhrd, un conjunto de islas conectadas con puentes es una zona ideal para pasear tranquilamente y contemplar la estampa más fotografiada del pueblo. 
– Junto al rio también se halla el Haller Globe Theater, un teatro circular de lo más curioso. 
– Museos hay algunos, no muy grandes pero que sirven para conocer mejor esta zona de Alemania:
– El Kunsthalle Würth es un museo con más de 15.00 piezas de arte como pinturas, esculturas o dibujos. Chillida, Munch o Picasso son algunos de los ilustres aquí representados. La entrada es gratuita ( 6 con audioguía). 
– Museo al aire libre de Hohenlohe es ideal para las familias ya que recrea un pueblo antiguo con sus casas y la típica decoración de las mismas. 
– Hällisch-Fränkisches Museum o Museo para el arte y la cultura cuenta con más de 3.000 metros de exposición de arte, historia y cultura de Schwabisch Hall. 
– Otra visita que puede ser interesante es el Castillo Coburg, un antiguo convento benedictino del año 1078 es otro excelente lugar para ver la grandeza de esta ciudad. 
Comer en Hall
Vi bastantes lugares para comer y tenían muy buena pinta, aunque los precios los vi algo caros. Al final opté por almorzar en el restuarante Schuhback y estuvo bastante bien por la calidad de la comida, la atención y el precio.
Dormir en Schwäbisch Hall
No vi muchos alojamientos por la ciudad y además al ir en autocaravana, no lo necesitábamos pero por si quieres ojear, pásate por booking y compara. 
Enlaces de interés
– Página de turismo del ayuntamiento.
– Todos mis artículos sobre Alemania, que son muchos.
Precioso! Este pueblecito no lo tenia controlado. A veces parece que en Alemania las cosas siempre están en el lugar precioso.
Un abrazo!
Hola Jordi!! Si es que en Alemania hay tantos pueblecitos de cuento que ya no sé cual es más bonito!!! Gracias por comentar. Un abrazo