Con todo el sabor medieval y un encantador casco histórico amurallado declarado Patrimonio de la humanidad por la UNESCO, la ciudad de Tallin es uno de los núcleos antiguos mejor conservados de Europa y uno de los exponentes más claros de conservación e interés por mantener una ciudad como hace cientos de años: torres medievales, calles empedradas, murallas defensivas y casas centenarias hacen que pasear por su centro amurallado te haga retroceder a la Edad Media. Así es Tallin, una ciudad de cuento..
A tan sólo 80 kilómetros de Helsinki y estratégicamente situada a orillas del Mar Báltico, la coqueta ciudad vieja, construida entre 1400 y 1700, ofrece la oportunidad de admirar un cuidado casco antiguo y la posibilidad recorrerla en poco tiempo sumergiendo al visitante en un túnel del tiempo del que es dificil salir. No sólo por el estado de sus edificaciones, sus casi dos kilómetros de murallas o sus 20 torres perfectamente conservadas, sino también por todo lo que rodea la ciudad: calles, pequeños detalles, rincones y un ambiente al más puro estilo medieval.
Nosotros hemos llegado vía Estocolmo después de una larga noche sin dormir ( aquí mi crónica de la travesia) y la visión de la ciudad desde alta mar, con sus torres puntiagudas y las cúpulas de la Catedral rusa de Alexander Nevski, nos hace darnos cuenta que vamos a disfrutar de lo lindo paseando por sus adoquinadas calles y admirando sus edificios centenarios. Creo que con un par de días es suficiente para ver la ciudad vieja y de hecho a diario llegan aquí cruceros llenos de visitantes que ven el casco amurallado en unas horas. Caminamos unos 20 minutos desde el puerto hacia el casco amurallado y encontramos con facilidad nuestro alojamiento.
Para dormir hemos optado por un albergue en habitación compartida, ya que necesitamos minimizar gastos. Estocolmo nos ha dejado el bolsillo bastante perjudicado.
Una vez acoplados sólo nos queda patearnos la ciudad vieja, que se podría dividir en dos zonas, una baja y una zona alta, la colina de Toompea. Aquí os dejo un mapa con los puntos de interés de Tallin y os cuento mi selección sobre qué ver en esta encantadora y antigua ciudad ( para el siguiente post hablaremos de qué ver en la parte alta de Tallin).
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Qué ver en Tallin, parte baja de la ciudad
Esta antigua ciudad está llena de historias y leyendas y a cada paso, cada edificio o rincón, guarda algo interesante para el visitante. Me gustaron los paneles explicativos delante de cada edificio significativo o calles importantes ya que te permite conocer más en profundidad la ciudad, sin necesidad de una guía.
El encantador casco histórico de Tallin tiene en la animada Raekoja Plats o Plaza del Ayuntamiento su centro neurálgico, dominada por una torre coronada por una veleta, el viejo Tomás, estatuilla de un famoso soldado local. Por unos 4 euros tenéis unas grandes vistas de la ciudad. Es un lugar muy concurrido donde podréis comer o beber algo en sus animadas terrazas ( por cierto, los estonios se han adaptado muy bien al euro y los precios cada vez están más altos en la ciudad vieja.
Desde la plaza del ayuntamiento salen empedradas calles llenas de comercios, restaurantes y tiendas como la calle Viru, que desemboca en una de las antiguas puertas de entrada de la ciudad, la puerta de Viru, con sus dos inmaculadas torres aún en pie. La majestuosidad de la muralla y las dos torres hacen de este lugar uno de los puntos más visitados de la ciudad. Mas allá de esta puerta nos encontramos la ciudad moderna de Tallin, de la que sólo pude ver una pequeña parte por lo que no os puedo contar mucho.
No hay que dejar la ver la calle Pik, una de las más concurridas de la ciudad, donde se encuentra en el número 71, “las tres hermanas”, el conjunto de casas medievales más antiguas de Tallin ( las mencionan algunos escritos en el 1267). Tampoco hay que perderse el pasaje de Santa Catalina, una encantadora calle de ambiente medieval llena de comercios de artesanía y donde encontramos los restos de un convento dominico. Admirando esos arcos y esos centenarios edificios es donde se respira la esencia medieval de Tallin.
La iglesia de San Olaf, en su tiempo el edificio más alto de Europa, y la del Espítitu Santo, son algunas de las iglesias más reprentativas de esta parte baja de la ciudad y merecen una visita.
Hay más cosas que hacer en Tallin, no en vano fue, junto a Turku, capital europea de la cultura en 2011. Os dejo algunas ideas más: realizar un tour guiado gratuito en inglés por la ciudad. A las 12:00 cada día parten justo delante la oficina de turismo, junto a la plaza principal. Se pueden visitar algunos de sus más de 30 museos de todas la temáticas, como el situado en la Torre Margarita Gorda, el actual museo Marítimo o incluso recorrer algún tramo de las murallas que aún quedan en pie. Los más atrevidos se lanzan a realizar una ruta en segway por el casco histórico o se puede hacer una visita a la casa hermandad de los cabezas negras, gremio de comerciantes de la época medieval. Como véis hay mucho que ver en esta bella ciudad pero sin duda me quedo con pasear por sus calles sin rumbo fijo, respirando ese ambiente medieval e ir descubriendo rincones con encanto, que hay muchos.
Y en cuanto a gastronomía hay una amplia oferta en casco histórico a precios razonables. Nosotros decidimos probar uno de sus locales más famosos, Olde Hansa, un local donde se puede comer una exquisita y original cocina medieval. Pero todo a su debido tiempo, ya hablaremos en el siguiente artículo de lo bien que llené mi estómago por estas tierras… La ciudad vieja me ha fascinado, llena de leyendas e historias y envuelta en un ambiente de cuento de hadas que la hace encantadora….
Datos de interés
– Old House Hostel. Habitaciones compartidas desde 11 euros/noche y apartamentos de distintas capacidades. Dentro de la ciudad amurallada. wifi gratis

Kikas 31 enero, 2012
Eso de cocina medieval puede tener más peligro que una caja de bombas, Fran…
En el medievo, casi aseguro que la cocina no manejaba los sabores tal y como estamos acostumbrados…